Composición

Composición
Kandinsky

miércoles, 23 de octubre de 2019

El día que dijiste mi nombre.

Un día dijiste mi nombre y supe que ya no estarías ahí de nuevo para repetirlo. Ese día pusiste punto al final la una oración. Supe que era el punto de la despedida. En ese mismo mensaje noté la ausencia de tus besos, de tus abrazos, de tu apapacho, de tus intensiones que me encantaban: tu lengua deslizándose en mi espalda, tus brazos recorriendo mi cuerpo, tus labios besando los míos, el deseo del encuentro nocturno y el saludo en la madrugada fría, con promesa de arrunche. El día que recibí tu mensaje, era sobrio, nada de amor, nada de dulzura, nada de añoranza, nada de desborde, nada de nada, sólo eso, palabras con mi nombre escrito y un punto final.

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