Si me enloquezco

Si me enloquezco, no es por otro, ni por mi ni por vos, ni por otros, ni por los otros. No es por nadie, ni por mi misma, ni siquiera he de decir que sea por una remota posibilidad de encuentro y fortuna. Si me derrito no es por ti, caminante andariego, sigiloso, propenso a deshacerse en las sombras de los rincones, como los fantasmas del polvo. No, porque si me desvanezco es por la fúlgida historia de un pasado olvidado, de un presente incierto, de una noche larga y un equilibrio desbalanceado. Heme aquí, describiendo los estados sincrónicos de unos y otros, de aquellos y ellos que dicen que enloquezco.

Era un nuevo amanecer.

El desierto me obligaba a caminar lentamente, la sed insaciable de anhelos volvió a mi como un fugaz rayo de luz en una noche de tormenta. De repente, me encontré debajo de aquella torre grisasea, todo un caparazón de metal sobre mi y yo, una hormiga obrera destinada a cargar sobre su lomo las hojas para mi refugio, no hacía más que mirar extrañada. Hace un tiempo sólo eran paredes blancas, sin una gota, sin una mancha. Huí de allí como animal en quema. Ya no me sentía más extraña en el mundo, ahora era parte de él

Se ha desvanecido en el abismo. Por la mañana se consoló en la oscuridad de la habitación por la tarde la iluminación se hizo presente al desbordarle sus ojos.  Ha suscitado la inquietud de sus días y ellas han rodado por sus mejillas frágiles y delgadas.

Anhelos para una pronta recuperación, segmentos.

Pocas veces he querido dedicar estas líneas a personas que considere ejemplares, admirables por su creatividad, audaz percepción  y consejos sabios pero hoy es la excepción. Ha sido así por una razón bastante específica, la enfermedad, posible peligro a la vuelta de la esquina, a veces a unos espera con un vino seco a otros con un vaso de agua pero en cualquier caso, es el borde del abismo manifiesto. Alguna vez me decías que era preferible bordear los lìmites para así, desde allí notar la finitud de la existencia, permitir que el abismo habite dentro de uno en ese impulso dionisiaco y apolìneo de equilibrio que retornar al cálido vientre de la madre-matriz.  Ya en el lugar habitual, sobrevivir procurando el más mínimo esfuerzo: respirar sin ilusiones, arrastrar los zapatos con desgano, preguntar lo necesario y con desdén percnotar día a día, repitiéndose.No obstante, lo mencionado sería optar por una actitud pasiva entre este sistema exclusivo. Tú más que nadie me ha enseñado a no declinar, a persistir y caminar por mis sueños aunque a veces quiera detenerme.

 A veces, me congestiono con añoranzas, con cándidos sueños falaces y no consigo olvidar las perplejidades para dar paso a las sorpresas en la acción conciente, cotidiana pero no por ello rutinaria. En mí hay resistencia a la inactividad, no quiero perderme de nuevo en vagas imágenes resguardadas en el último rincón de la memoria, me niego a olvidar mi historia. Poco a poco, mis manos se resecan y la esterilidad recorre impávida mi rostro.

No.

¿Qué es aquello tan perturbador en la temible oscuridad? Nos encontramos en afables lugares de satisfacción propia. Lugares desastrosos para cometer nuestros propios descubrimientos.

A pesar de ser seres sociales y resaltar la individualidad naciente en la modernidad aún no nos permitimos crear, soñar o divertirnos.

Lili

Aún no comprendía bien la situación. Lilí no sabía dónde se encontraba el error, parecía maravillada por los mundos recorridos ante sus ojos, eran fantásticos e inusales. Sin embargo, a pesar de escrutarlos no lograba persuadirse de la valía de ellos en su vida. Era como si sus posibles formas de interpretación tuvieran una tendencia apocalíptica, estaban destinadas a morir en tierras áridas y superfluas, tierras llanas y lejanas. 

Fantasía.

No iba a ser yo de nuevo quien levantara la bocina y llamara. No iba ser yo de nuevo quien decidiera el rumbo, la velocidad, ni la intensidad. Esta vez decidí mantenerme íntegra, sólida como roble. Ante mi actitud, sólo te has vuelto ausencia, espacios en blanco, silencios prolongados que confirman una vez más la inexistencia de tu voluntad. Ya es tarde, he visto languidecer tu espíritu ante el tiempo; has abdicado ante el sueño; has tomado un camino sin avisarme y he hecho de nuestra conversación un soliloquio. Has mentido. He creído. He decidido salir de tanta virtualidad. Quiero construir relaciones de verdad. ¡BASTA DE MENTIRAS!

Ausencia.

Cada vez te escribiré menos;
añoraré menos;
anhelaré menos.

Cada día dejaré de seguir tus huellas;
de buscar razones a mi absurda situación infertil;
reproducir escenas románticas como cineasta enamorado;
de repisar los zurcos sutiles dejados en mi cuerpo.

Poco a poco perderé esa chispa en crechendo
aterrizando de nuevo en melodías apacibles,
armónicas y destellantes.

Pocuraré evitar (nos), desear (nos) y así,
cada vez más dejarás de ser ese gran tú,
para ser ese alguien que alguna vez fuiste.

Soliloquio

Escribe, cuenta, agradece
...
comparte, descubre, entrega
.....
canta, ríe, sueña
-la lala la

Juega, reconforta, expulsa...

grita, discute, debate...
 habla para no ser olvidada
aunque así sea,
aunque sólo quede la ausencia.

Decisión. 

Sucedió de nuevo,

aposté al vacío y me quede vagando

sola en la infinita angustia

He querido no repetir la historia.

He querido no repetirme, ni repetirlo.

He decidido no ser reiterativa,

no caer en la desidia,

no engullir mis recuerdos

y no volverme romántica 

deseando un pasado ficticio.

He decidido, amor 

no mirarte a los ojos,

no perderme en el vuelo soñado

ni en el aterrizaje forzado.

Decidí mantener la cordura,

no pedir un momento más en tu cintura,

no anhelar, no pecar, no gritar...

Hoy, por fin, he decidido olvidar.

Egon Schiele,

Sonrisa.

Mañana pálida llena de colores emanados de mi sonrisa...
florecillas transparentes que se dibujan en el ambiente
mis ojos, lúcidos, aunque cansados
esperan tu llegada...
aunque siendo sincera nunca lo hiceron.

Es una sorpresa de la vida, llena de amor y agradecimiento
llena de palabras y música
llena de sonrisas y vuelo.
Llena de mil cosas...
ahora por minutos cortos,
musicalizando mi vida.

Lejanía...

A veces pienso que consigno cada uno de tus movimientos como si fuera un diario. Me entero, contra mi voluntad tan frágil, de lo que me dejas ver en medio de tanta bruma. Repaso cada uno de tus movimientos de nuevo frente a mi, como disco rayado y me siento interpelada por tus acciones y comentarios aunque nada tengan que ver conmigo. Qué lejano te siento ya de mi, pronto te perderás en ese barco en el cual te dejé, en la neblina del mar y en la profundidad del océano navegará tu recuerdo. Indelebles huellas marcadas en mi piel se hunden profundamente generándome un martirio. Así, me torturo lenta y dolorosamente con tus risas ausentes y tus letras rígidas en el papel.
Hoy es día de escupitajos al olvido, bofetadas al rencor (devueltas al instante), crucifijos rojos, mala paga, sabor amargo, dulce fiereza. Inundo el vacío de mi mente en fúlgidos trozos de ébano fresco, mientras tu figura danza sobre mi cuerpo crepitante. Falsa promesa, inútil mirada, mentirosa explicación, lastimero amor mendigante.

Francisco de Goya. Saturno devora a su hijo.

Publicación de poemas en Capital letter.

A las pocas personas que siguen mi blog, debo informarles sobre la publicación de mis poemas en la revista Capital Letter de la Universidad Nacional de Colombia. Gracias por leerme. Pronto más información.

Melancolía.

Está acá de nuevo. Vuelve a mi cada cierto tiempo. Ya la recibo con un té para calmarla y de paso no me altere más de lo que ya logra con su presencia. REGRESA DESPUÉS DE LARGAS NOCHES DE ALEGRÍAS... ¡Y ME CONDENA! Quisiera no verla tan seguido, pero así es ella. Cuando me visita trae consigo un equipaje grande, en él carga mis tristezas viejas, mis pasos, mis  errores, mis amores desafortunados, las indiferencias a las que he sido sometida. Regresa con un equipaje mayor al que puedo guardar en mi casa de colores y sabores. Así, por esos días mi casa se torna con un color grisáceo  opaco y húmedo. Por esos días mi mirada  se pierde a lo lejos del horizonte sin punto fijo, no retorna, no sonríe, no comulga de la felicidad propia, bebe de la tristeza ajena encontrándose con más almas en penas.

Por eso cada vez que vuelve... (siempre lo hace por éstas fechas) prefiero resguardarme en mi soledad, así me siento mejor. Ánimo me doy, purgo mis tristezas, expío mis culpas...contemplo mi abandono. Además, también hago ciertas invitaciones, pues sé sobre la finitud de mi estado alterado. Por ello, no dudo en  preguntarle a ella sobre su estadía y su fecha de salida. Cuando se va, deja algunos recuerdos y huellas insondables. Sólo para entretenerme. Si la necesitan todavía es huésped no esperado en mi casa. Espero su fecha de partida aún...MELANCOLÍA.

Munch. Melancolía.

Espacio en blanco.

Vuelvo a éste, mi espacio en blanco.

He mirado tus fotos en mi mente

y aún no encuentro la razón...

Qué absurda sensación!

Qué desazón!

Es un horror!

Quisiera no mirarte más, deshacerme de tu recuerdo

de tus besos, de tu mirada ondulante, caminante...

pero no he podido... cada día te miro de nuevo

con amor renovado, con amor vacilante

pero vuelvo a ti.

Lastimera tu mirada hacía mi

silencios y más silencios junto a ti

sensación de olvido, de ahogo

de dolor, profundo e intenso

es como una herida que no sana

ni tampoco deja de crecer

es como un vidrio enterrado

en lo más hondo de mi ser.

Munch. Desnudo llorando.