Composición

Composición
Kandinsky

martes, 17 de diciembre de 2013

Era un nuevo amanecer.


El desierto me obligaba a caminar lentamente, la sed insaciable de anhelos volvió a mi como un fugaz rayo de luz en una noche de tormenta. De repente, me encontré debajo de aquella torre grisasea, todo un caparazón de metal sobre mi y yo, una hormiga obrera destinada a cargar sobre su lomo las hojas para mi refugio, no hacía más que mirar extrañada. Hace un tiempo sólo eran paredes blancas, sin una gota, sin una mancha. Huí de allí como animal en quema. Ya no me sentía más extraña en el mundo, ahora era parte de él